La Orquesta Los Íberos

Cuando Enrique Lozano consiguió su guitarra eléctrica, quiso formar un conjunto con un su amigo de la infancia, Pepe Castillo. En ese momento Pepe Castillo estudiaba solfeo y Enrique Lozano trabajaba en El Mañana,  por lo que conocía las salas de Torremolinos y tenía contacto con sus encargados y los músicos que allí iban a tocar.

Pepe Castillo presentó a Enrique algunos de sus compañeros de conservatorio, que quisieron unirse al conjunto: Rafael Carretero, que tocaba la batería, y Juan Manuel Luengo. Comenzaron a buscar canciones, e incorporaron a su repertorio obras como María Dolores, El relicario, y Tintarella di luna.

Por último Pepe Castillo presentó a Enrique Gabriel Robles, estudiante de piano. Enrique quedó maravillado con lo bien que tocaba el instrumento Gabriel Robles y a Gabriel Robles le entusiasmó que Enrique Lozano tuviera una guitarra eléctrica y trabajase en Torremolinos. Enrique llegó a convencer a Gabriel para que trabajara como pianista en Torremolinos y le consiguió actuaciones. La ayuda fue mutua, pues Gabriel Robles se ocupó de capitanear la orquesta.

Debutaron en El Mañana, en la sala de fiestas donde trabajaba Enrique Lozano en Torremolinos y se hicieron fijos de El Pimpi, la famosa taberna de Málaga.

Pepe Castillo en esta época aún no tenía batería, por lo que cantaba junto a Enrique Lozano. Enrique aprendió solfeo con la ayuda de Ricardo Ramírez, un joven de su misma edad, cuyo hermano menor, Pedro, se incorporaría después a la formación.

La orquesta comenzó a hacerse con el repertorio más moderno, basado en los cuadernos Canciones del Mundo y solía ensayar en la casa de Gabriel.

El nombre de la formación no se eligió por unanimidad. Tal y como se publicó en el artículo de la Opinión de Málaga en 2010, Enrique Lozano propuso Los Íberos, nombre que no terminaba de convencer a todos los integrantes de la formación,  por lo que buscaron opinión externa. Antonio Carmona, director de Radio Nacional, opinó que era buen nombre y la Orquesta finalmente se quedó con Los Íberos.

Más tarde, Enrique Lozano, recién casado en 1962 con Wendy Griffin, dejó la formación y se marchó a trabajar a otra provincia. En su boda con Wendy Griffin, en Málaga, Gabriel Robles interpretó la marcha nupcial de Mendelsshon, y en la fiesta posterior El Mañana ofreció su sala. Tocó la orquesta de la casa, de Salvador Pérez, y en el cuadro flamenco, Carmencita Sibaja, Carrete, el guitarra y Chiquito de la Calzada.

Pepe Castillo y Juan Luengo, pidieron a Enrique Lozano que volviera a la orquesta y Enrique accedió. En esta segunda etapa Gabriel Robles se había marchado al servicio militar, siendo sustituido por Antonio Martín. Carretero tampoco estaba y Pepito pudo tocar la batería. También se incorporó Pedro Ramírez al bajo.

Antonio Martín, Pepe Ramírez, Juan Manuel Luengo, Enrique Lozano y Pepe Castillo.

Ensayaban por las tardes en el hotel Carihuela, donde después de dos o tres meses les surgió una magnífica oportunidad: una representante inglesa se dirigió a la orquesta al término de una de sus actuaciones y les ofreció un contrato para actuar en una sala de Liverpool durante un par de meses.

El club en el que iban a tocar se incendió, por lo que la orquesta Los Íberos al final actuó en el emblemático  Whisky a Gogo de Londres.

Antes de que finalizara el contrato en Wisky a Gogó, les ofrecieron prolongar la estancia en Londres. La misma agencia que les había llevado les proporcionó otro contrato, de un mes, en Pipistrello, un restaurante italiano que ofrecía actuaciones.

En Inglaterra La orquesta Los Íberos conoció a Gaudini, quien se convirtió en su manager y les consiguió actuaciones en Bélgica, Alemania y Suiza.

Pedro Ramírez, Antonio Martín, Juan Manuel Luengo, Pepe Castillo, y Enrique Lozano.

Fueron testigos del estadillo del pop en Europa, con grupos como Los Beatles en pleno apogeo, una ola que Enrique quería aprovechar adaptando sus temas, pero sintió que sus compañeros no le acompañaban en el proyecto. De hecho, Antonio mostraba reticencias en ese momento a trabajar en el extranjero, lo cual llevó a Enrique incluso a pelearse con él en público sobre un escenario delante de toda la prensa británica.

Enrique pensaba que sus compañeros eran excelentes músicos y podían competir con el movimiento del que estaban siendo testigos, solo tenían que creérselo, pero al no sentirse acompañado en su proyecto, una vez terminó el contrato de la orquesta en Suiza, abandonó la formación y regresó a Torremolinos, donde formó la banda Los Íberos junto a Adolfo Rodríguez, Diego Cascado Sepúlveda y Cristo de Haro, que alcanzó gran éxito en los años sesenta. 

Los integrantes de la orquesta Los Íberos, al marcharse Enrique Lozano, cambiaron el nombre y empezaron a usar Los Jibaros:

Juan Manuel Luengo, Pedro Ramírez, Pepe Castillo y Antonio Martín

Tras la orquesta

Gabriel Robles fue profesor del conservatorio y catedrático de Lenguaje musical durante más de 30 años. Aunque ya se encuentra jubilado, no ha dejado de componer. Entre las piezas musicales de su autoría encontramos marchas de procesión, oraciones musicalizadas y obras clásicas.  

Juan Manuel Luengo y Antonio Martín permanecieron en Inglaterra trabajando como músicos tras finalizar sus estudios.

Pepe Castillo, formaría parte posteriormente de la banda de Los Íberos, en sustitución de Diego Cascado Sepúlveda, cuando éste tuvo que marcharse al servicio militar, y actualmente vive jubilado en Torremolinos.