ENRIQUE LOZANO VILLENA

Enrique Lozano, nacido en el parquel malagueño en 1940, se crio por su madre y sus abuelos maternos, en el seno de una familia humilde, ya que su padre, se había exigiliado a Francia por su actividad política, lo que le hizo perder el contacto paterno durante las primeras décadas de su vida.
A los 15 años Enrique emigró a Francia para aprender francés. Tras diversas peripecias consiguió llegar a su destino y encontró trabajo en una fábrica. A su vuelta, consiguió trabajo como barman en la sala de fiestas el Mañana, en la emergente Torremolinos, lugar de moda chic, visitado por numerosos turistas, músicos y famosos de la época.
En su lugar de trabajo entró en contacto con una extensa discografía y también instrumentos que le llamaban la atención y con los que se fue familiarizando, ya que los músicos que actuaban en El Mañana, le dejaban en ocasiones tocar sus instrumentos y hacían de maestros con Enrique.
Enrique, que había mostrado especial interés por la guitarra eléctrica, tuvo la suerte de que su jefe, que era norteamericano, en uno de sus viajes le trajo una guitarra eléctrica Melody Maker. Sus compañeros adelantaron dinero entre todos para que Enrique pudiera hacer el encargo y hacerse con ella. Corría el año 1958 y se trataba de la primera guitarra eléctrica en Málaga.
Poco después Enrique estrenó su guitarra tocando junto a unos amigos, que habían estudiado música, y formaron una orquesta. En la primera formación se encontraban Gabriel Robles (piano), Pepe Castillo, voz, Manuel Luengo, saxofonista, Antonio Martín, al piano y Rafael Carretero, a la batería. Posteriormente hubo un cambio de formación: Antonio Martín al piano, Juan Manuel Luengo (saxofón, percusión, vibráfono y flauta travesera), Pepe Castillo (batería y voz) Pedro Ramírez (clarinete y bajo) y Enrique Lozano a la guitarra y voz.
Comenzaron realizando actuaciones Málaga. Uno de sus primeros contratos tuvo lugar en el famosa taberna de Málaga, El Pimpi.

La Orquesta Los Iberos
Durante sus actuaciones en Málaga, en 1963, un manager inglés se fijó en la orquesta, y les propuso un contrato en Liverpool para después hacer una gira por Europa.
No llegaron a tocar en Liverpool porque el club en el que iban a tocar se incendió, en su lugar lo hicieron en el famoso Whisky a Gogo de Londres y tocaron en los escenarios donde actuaban grupos más importantes de la época.
Su manager, Gaudini, les ofreció una gira por Bélgica, Alemania y Suiza, poniendo a disposición de la orquesta Los Iberos personas a su cargo que se ocupaban de todas las cuestiones administrativas y de los instrumentos, a la hora de viajar a los distintíos países, para que la orquesta solo tuviera que ocuparse de la parte musical.
Fueron testigos del estadillo del pop en Europa, con grupos como los Beatles en pleno apogeo, una ola que Enrique quería aprovechar adaptando sus temas, pero sintió que sus compañeros no le acompañaban. De hecho, Antonio mostraba reticencias a trabajar en el extranjero, lo cual llevó a Enrique incluso a pelearse con él en público sobre un escenario.

La banda los Iberos.
Una vez termina el contrato en Suiza, Enrique abandona la orquesta y vuelve a España con la intención de buscar compañeros con los que recorrer Europa, esta vez no como orquesta, sino siendo una banda de pop y utilizando la marca España Los Iberos.
El resto, es historia.

Tras la banda musical
Cuando Enrique recae en su enfermedad y abandona la banda, su esposa se marchó a EEUU, su país de origen, llevándose consigo a su hija Tauka, lo que agravó aún más la enfermedad de Enrique. Corría el año 1969 y la madre de Enrique y su hermano, que se encontraba en Francia trabajando, acudieron a buscarle y le ingresaron en un psiquiátrico de Málaga, donde permaneció un mes internado, y posteriormente a Étampes, Francia, donde Enrique permaneció ingresado dos años.
Una vez deja el tratamiento interno, vuelve a Madrid, allí tiene distintos trabajos durante los años 70. En el mundo musical, estuvo trabajando como director artístico de Movieplay, donde tiene una etapa en la que intenta volver a la música como cantante y compone varias canciones, entre ellas Carmen. Es en este periodo, en 1980, cuando se le comunica la noticia de que su hija Tauka ha fallecido en un accidente de tráfico a los 16 años, lo que hace a Enrique recaer de nuevo en su enfermedad.
Tras pasar algunos años más en Madrid, alternando trabajos con recaídas, vuelve a su ciudad natal, Málaga, y allí conoce en 1984 a Carmen Donate, con la que se unió y tuvo dos hijos, permaneciendo desde entonces completamente apartado de la música.
Los últimos años de su vida su mujer se dedicó a escribir la biografía de Enrique: A la búsqueda de una identidad, que narra la niñez de Enrique y su trayectoria en la música en la década de los sesenta, y El azul ya no es azul, donde Carmen describe el retiro de Enrique de la banda Los Iberos y resto de su vida. Carmen falleció en 2015, y el 3 de enero de 2017, Enrique.
En 2017, la familia de Enrique inicia acciones judiciales frente a SGAE y Sony Music, al haber descubierto que una de las canciones que Enrique compuso en los 80, había sido explotada en 1988 con gran difusión en Estados Unidos y América Latina.